Nuestros hijos deben ser conscientes de que su cuerpo es suyo, de que nadie tiene derecho a tocarlo ni a hacer nada con él que no hayan aceptado previamente y de que se puede aprender a poner límites a los demás de una forma natural pero certera. Por eso considero fundamental que en mi práctica diaria en consulta les pida permiso a todos y cada uno de mis pacientes para explorarlos, especialmente cuando toca quitarse la ropa interior.
Este cuento servirá para que nuestros niños entiendan que, por muy pequeñitos que sean, ellos también tienen el superpoder de decidir sobre su propio cuerpo
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