Un tractor avanzaba por la carretera. Su ruido atronador impedía a la conductora oír las exclamaciones y los comentarios negativos de las personas que salían a su paso. Claro que, a veces, para lo que hay que oír, es mejor así: que el ruido sea muy, pero que muy fuerte…Esta divertida mujer, agricultora de profesión, se paseaba arriba y abajo con su vehículo de confianza, muy segura de sí misma y orgullosa de su profesión: la agricultura. A su paso, muchos ciudadanos adultos no comprenden la extravagancia de esta especial y original conductora. Sin embargo, cuando un niño gritó:“¡Hola, señora del tractor!”, nuestra conductora detuvo su tractor y se maravilló de esa frescura, esa espíritu libre que solo transmiten los niños
una historia ingeniosa que reivindica con humor el papel de la mujer en ámbitos en los que aún sorprende verla, como es el del trabajo agrícola. Un cuento ilustrado que anima a elegir lo que cada uno quiere sin prejuicios.»
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