Jose Luis era un niño alegre que vivía con sus padres en una casa de color verde, con un jardín pequeño pero entrañable y decorado con flores de papel. Pero un día todo cambió. Fue como si se hubiese partido y convertido en dos niños diferentes: el que se iba con su papá y el que se quedaba con su mamá. Fue así como Jose Luis pasó a ser dos personas diferentes: Jose y Luis. Los dos vivían vidas separadas, pero no estaban muy contentos, no tanto como cuando eran un único niño.
Con ojos de niño explora la importancia de la comunicación y nos recuerda que, tras experimentar la perdida de la unión familiar, un niño puede sentirse “un todo” otra vez y crecer feliz… aunque sus papás se hayan separado.
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